Sabía que mis plumas eran de caña
Por que el azúcar escapa de mí cuando te sobrevuelo.
Incienso consumido sé decirte
Al oído.
Donde mirar el aleteo de un adiós.
Picotear las nubes para comer silencio,
Hacerlas rojas y moradas de atardecer.
Cuando no hay suelo,
Cuando no hay cielo.
Esparcen mis semillas entre cabellos de ángeles
Y nacen nidos de brisa.
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