Frío tallando flautas en mis huesos,
Tu voz, alfiler impreciso,
Cosió verdades en finas puntadas.
Ya no soy niña,
Pero niña me sentí entre tus palabras,
Niña tonta,
Que necesita un mapa de caricias
Para no perder el camino a casa.
¿Eres tú mi casa?
No sé que hallaré cuando llame a la puerta,
No tengo miedo, tampoco valor,
Algunos caramelos de futilidad
Y muñecas diciendo tonterías,
Nada más.
Es todo tuyo.
Pon la mano y la rodearé de bolsillos
Llenos de ti.
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