Escribí este pequeño cuento/poemario hace unos años, inspirada por los días de mi infancia que pasé cerca del mar, cuando mi padre trabajaba en un pequeño taller donde construía barcas (chalanas) para pescadores y algunos otros de dudosa profesión. En mi memoria se escribieron amaneceres, olas, escalibures en el horizonte, colores, el salitre, un cante flamenco que tardé mucho en asimilar (¿Ó en apreciar?), coquinas en la orilla, cristales tallados en sal (cada uno con su correspondiente historia y aventura por las corrientes marinas), el viento de levante, espirales en la arena, sueños por cumplir. Tardé mucho en procesar estos recuerdos, en darles una forma que finalmente, ó quizá momentáneamente, ha sido "Miralejos" .
Comentarios
cerca, muy cerca del Divino Leopoldo (María Panero, claro):
"esta música quemada o mariposa débil como el aire que
quisiera tan sólo un alfiler para evitar su caída
ahora
cuando el reloj avanza sin horizonte o luna sin viento sin
bandera
esta tristeza o frío
no llames a mi puerta deja que el viento se lleve tus
labios
este cadáver que todavía guarda el calor de nuestros
besos
dejadme contemplar el mundo en una lágrima
Ven despacio hacia mí luna de dientes caídos"
¡Más de dos semanas sin actualizar! demasiado tiempo...
"rumpete libros, ne rumpant anima vestra"