11.
Bebió el Afilaor agua de mar,
(llena de pasos, perdidos y borrados)
la sal quemó su garganta y encendió el valor
para admitir la cobardía
en cada arruga de su frente.
Una por cada mañana que no se rompía
A pedazos para cruzar la orilla,
Por cada noche que no se dejaba coser
Por las manos de Miralejos.
Comentarios