13.
La duda es un gateo, siamés mezquino.
Arañaba a Miralejos rostro y voluntad,
Enrojeciendo, gota a gota, su pecho.
Perdida la cuenta en años, minutos y paciencias,
La orilla se desordenó en marea
Fue Olas arrinconadas, por una bulería.
Miralejos abrió sus brazos y la orilla,
Sonriendo en presente continuo,
Ese que se olvida a si mismo.
Abrazo de rotos y descosidos,
Rueda de afilar naufragada,
Manos en espaldas,
Miedos en redes de arrastre,
Alientos sin contener
El futuro.
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