A fuego rápido, huidizo, impaciente
Se cuece el corazón en una cazuela de barro,
El mismo en el que chapoteamos
De niñas.
Ahora el corazón huele a especias,
Romero, hierbamala, tomillo y latidos
Dan una salsa amarga
Que al reposar cubierta con un paño blanco
Se puede comer en rojo.
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