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LENTO COMO LA MIEL.

Cada sustancia que se desprende de mí
Con la parsimonia de un acto sacrosanto
Fluye por mis venas mirando mi sangre,
Roja,
Espesa como la miel.


He de cortar mi carne,
Dejarme salir, escapar,
Fluir fuera de mi cuerpo.
Sé que lo llamarías huir,
Sé que me llamarías cobarde,
Pero no es débil lo que me hace
desangrar la mirada.

Comentarios

Lary ha dicho que…
Me agrada como escribes y lo que escribes, suena incrible que en un par de lineas puedas expresar tanto...

Lastima que esta en español, si no lo hubiera usado en el concurso de poesia y te reconoceria como autora profesional, hubiera ganado...

pero lo importante es que tu poema quedo divino y me encanta

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CANCIÓN DE UN PÁJARO

Sabía que mis plumas eran de caña Por que el azúcar escapa de mí cuando te sobrevuelo. De ceniza mi pico, Incienso consumido sé decirte Al oído. Espejos negros mis ojos Donde mirar el aleteo de un adiós. Picotear las nubes para comer silencio, Hacerlas rojas y moradas de atardecer. Trino libertad hecha alturas, Cuando no hay suelo, Cuando no hay cielo. Los vientos me llenan las cañas de azúcar, Esparcen mis semillas entre cabellos de ángeles Y nacen nidos de brisa. Dadme más alturas.

ACERCA DE MIRALEJOS.

Escribí este pequeño cuento/poemario hace unos años, inspirada por los días de mi infancia que pasé cerca del mar, cuando mi padre trabajaba en un pequeño taller donde construía barcas (chalanas) para pescadores y algunos otros de dudosa profesión. En mi memoria se escribieron amaneceres, olas, escalibures en el horizonte, colores, el salitre, un cante flamenco que tardé mucho en asimilar (¿Ó en apreciar?), coquinas en la orilla, cristales tallados en sal (cada uno con su correspondiente historia y aventura por las corrientes marinas), el viento de levante, espirales en la arena, sueños por cumplir. Tardé mucho en procesar estos recuerdos, en darles una forma que finalmente, ó quizá momentáneamente, ha sido "Miralejos" .
Estoy seca de belleza interior porque con ella trato de nutrir mi rostro, cabello, cuerpo y piel. La autodestrucción del Yo para ser Ella es una dura moneda de cambio.